Alpina honra su pasado con gratitud, pero mira hacia adelante con determinación y el compromiso de cuidar la confianza de millones de consumidores que la prefieren.
En 1945, Walter Göggel y Max Bänziger, dos migrantes europeos, inauguraron la Fábrica de Quesos Suizos Alpina, en el municipio de Sopó-Cundinamarca, la razón las montañas de la sábana les recordaban los Alpes Suizos. Estos amigos, llegaron a las frías tierras de la sábana huyendo de la guerra.
El sueño de Walter y Max se hace realidad gracias a un préstamo bancario con el que finalmente pudieron comprar 11 acres de tierra para la construcción de la fábrica.
Hoy, la empresa de la montaña suiza celebra 80 años de historia, crecimiento y compromiso con Colombia. Lo que comenzó como una pequeña fábrica de quesos con 45 colaboradores y una producción cercana a las 18 toneladas, hoy es una de las compañías de lácteos más importantes del país, con más de 3.200 colaboradores, presencia en 8 de cada 10 hogares colombianos, una producción mensual promedio de 20 mil toneladas, y exportaciones a 15 países.
A lo largo de estas ocho décadas, Alpina ha consolidado un portafolio de 18 marcas y más de 400 referencias que hacen parte de la vida diaria de millones de familias. La compañía ha transformado la manera en que los colombianos entienden la nutrición: creando nuevas categorías, industrializando rituales cotidianos como la avena y el arequipe, y desarrollando productos con funcionalidad superior, como el nuevo yogurt griego bebible Alpina, que responden a las nuevas necesidades de los consumidores.
“Cumplir 80 años en Colombia es motivo de orgullo. No es solo la historia de una empresa, sino un legado construido junto a millones de alpinistas, aliados, proveedores, comunidades y familias. Hoy celebramos lo recorrido y, sobre todo, renovamos nuestro compromiso con el futuro: seguir construyendo país a través de la nutrición”, manifestó, Carolina Espitia, presidenta de Alpina.
Los alpinistas, como se le llama a los colaboradores de la empresa productora de lácteos, son el espíritu de la planta que se inicio en una casa arrendada, con 45 parroquianos. Hoy cerca de 3.200 alpinistas laboran en las cuatro plantas de producción en Sopó, Facatativá, Entrerríos y Chinchiná. Preparando productos con innovación, investigación, como leche, quesos, alpinito, mantequilla, yogures, snacks de quesos deshidratados, avena, jugos, con los que se nutre el país.
Alpina entiende que darle sabor a la vida también implica hacerlo de manera responsable con las personas y con el planeta. Por eso, en 2020, la compañía asumió 18 compromisos de sostenibilidad que hoy guían sus decisiones, y que buscan nutrir con propósito, avanzar hacia una ganadería sostenible, una operación más limpia -con procesos circulares, autogeneración que ya alcanza el 24% de la energía que consume- y trabajar de la mano con comunidades, ganaderos, proveedores y aliados para impulsar el desarrollo social en diferentes frentes como transferencia de conocimiento y su propósito de cero hambre.
En sus 80 años, Alpina honra su pasado con gratitud, pero mira hacia adelante con determinación. Con el compromiso de cuidar la confianza de millones de consumidores colombianos que la prefieren todos los días, la compañía seguirá trabajando para transformar la nutrición del país, construyendo bienestar desde lo cotidiano y buscando un futuro más sostenible para todos.
