Un total de 140 tortugas, que sufrieron las consecuencias de la tenencia ilegal, fueron devueltas a su entorno natural en el Meta gracias a la gestión del Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Cormacarena. La liberación de las 90 tortugas brasileras y 50 morrocoy busca mitigar los daños causados por el cautiverio, ya que muchas de ellas presentaban afectaciones derivadas de vivir en espacios artificiales antes de su recuperación en el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR).
El cautiverio genera graves problemas de salud en estas especies, tales como desnutrición y enfermedades crónicas debido a dietas inadecuadas. Además, la falta de luz solar y minerales suele provocar deformaciones en sus caparazones, sumado al estrés y comportamientos alterados por el confinamiento en espacios reducidos. Al ser extraídas de su medio, estas tortugas pierden sus funciones ecológicas, afectando el equilibrio de los ecosistemas donde deberían habitar.
Ante esta problemática, las autoridades insisten en que la ciudadanía debe acudir a los entes ambientales ante cualquier caso de tenencia o comercialización ilegal. El objetivo de estas acciones es garantizar que más animales puedan regresar a los entornos naturales que les corresponden legítimamente.
