Más de 1.279 niños y niñas de Medellín han sido certificados en Pasiones Chocolisto, el programa de formación creativa de la marca Chocolisto en alianza con la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) y PAN Corporación Social, que promueve el desarrollo de talentos, educación emocional y el uso significativo del tiempo libre en territorios con vulnerabilidades educativas y sociales. La iniciativa funciona en cinco Ludotecas PAN ubicadas en zonas como Popular 1, San Pablo, Palermo, Picacho y Paraíso.
Durante una visita a las ludotecas del Popular 1 y Palermo, Isabel Rincón, jefa de Mercadeo Global de Bebidas del Grupo Nutresa, explicó que la apuesta de Chocolisto va más allá de la tradición del producto. “Somos una marca que existe para que los niños lleguen lejos. Creemos en el futuro de Colombia a través de nuestra niñez”, aseguró. La ejecutiva destacó que las alianzas con la UPB y PAN han permitido impactar a más de 1.200 niños y a sus familias en tres años de trabajo conjunto.

Rincón agregó que los espacios operan sin restricciones de cupos: “Cada niño que se acerca es recibido. Todos son bienvenidos a explorar sus pasiones y a soñar”. En estas ludotecas, los participantes acceden a talleres de danza, música, escritura, arte y robótica, actividades que —según la vocera— han demostrado ser efectivas para inspirar sueños y fortalecer capacidades desde la primera infancia.
Los contenidos del programa fueron elaborados con apoyo académico de la UPB, que ofrece metodologías de aprendizaje creativo y docentes especializados en áreas artísticas y tecnológicas. Por primera vez, se habilitaron módulos avanzados para niños que llevan varios años en el proceso, lo que les permitió profundizar en sus intereses y desarrollar proyectos personales. Ejemplos de ello son Rafael Zumaqué, quien sueña con ser piloto o ingeniero y afirma que la robótica “le abre puertas para el futuro”, y Aranda Valentina Primera, quien a sus seis años ya explora su pasión por la danza.
La respuesta de las comunidades superó las expectativas de la edición reciente: aunque la meta era de 192 cupos, se certificaron 262 niños. Esta tendencia refleja el crecimiento del programa, que en sus primeras ediciones reunía a alrededor de 120 participantes y hoy atiende entre 250 y 270 por cohorte. “Nos dimos cuenta de que es un programa que no tiene techo”, enfatizó Rincón al describir la evolución de la iniciativa.

La vocera explicó que mantener talleres como robótica, música o dibujo permite que los niños rompan barreras tecnológicas y descubran nuevas posibilidades para su futuro. “Desde un robot de papel hasta una programación avanzada, ellos comprueban que son capaces”, añadió.
De acuerdo con la coordinación de PAN, los espacios fortalecen habilidades socioafectivas, autoestima y confianza. La Corporación PAN destacó que las ludotecas funcionan como entornos protectores donde los niños encuentran acompañamiento emocional y posibilidades reales para expresarse y aprender.
La inversión de este año oscila entre los 300 y 400 millones de pesos, recursos destinados a garantizar materiales, acompañamiento pedagógico y operación logística de los talleres. Para los próximos años, Chocolisto proyecta ampliar el modelo a más regiones del país y continuar construyendo oportunidades que impulsen a la niñez a descubrir sus sueños y proyectar su futuro.



