
Nuestro país necesita conectarse. Conectarse por medio de las conversaciones, del diálogo, de los acuerdos y el trabajo conjunto. Y conectarse también físicamente para facilitar la movilidad tanto de los ciudadanos como de las mercancías.
Era necesario al comienzo del siglo, cuando nació el Grupo Infraestructura para la Competitividad, y sigue siéndolo hoy. Hemos avanzado de manera considerable en la conectividad vial de Colombia, pero la tarea sigue siendo muy grande.
El Grupo Infraestructura nació hace 23 años como una iniciativa de la Cámara de Comercio d e Medellín para Antioquia; es una instancia de conversación en la que todos los actores el Gobierno nacional, el departamento, los locales, además del sector privado compartimos la convicción de que conectar el Caribe con el Pacífico era conectar a toda Colombia.
El modelo que propusimos, llamado en su momento Autopistas de la Montaña; luego, Autopistas de Cuarta Generación (4G), fue llevada a cabo mediante un modelo de alianzas público- privadas que le permite hoy a Colombia estar más cerca de sus puertos y mejor preparada para competir en mercados internacionales con unos costos logísticos, que en tiempo, dinero y también en consumo de combustibles.
Al comparar las vías del Occidente del país con las que había a finales del siglo XX se evidencia el impacto que tiene la infraestructura en el desarrollo. Y al hacer la trazabilidad del origen y destino de la carga que circula por esas concesiones, queda claro que estas obras se ubican en el noroccidente del país pero tienen impacto en la economía nacional.
A todos esos hitos que se han alcanzado gracias a la suma de voluntades, y teniendo ya en un estado avanzado de progreso el proyecto de Puerto Antioquia en la región de Urabá, hace falta sumarles la culminación de un trayecto más, la nueva vía al mar, que está en un estado muy adelantado en varios de sus tramos, pero que requiere destrabar el Túnel del Toyo.
Se trata de una solución administrativa que relativamente sencilla sí se compara con los retos de ingeniería que hemos superado: un acuerdo que nos permitirá tener la conexión más eficiente entre el océano Pacífico y el Atlántico en Urabá.
Esta es una obra en Antioquia, que se ha adelantado en buena medida con recursos de la región, pero que está al servicio del país. Por ejemplo, pondrá a los productores bogotanos 300 kilómetros más cerca de embarcar sus productos a los mercados atlánticos.
La cesión de algunos tramos a la Gobernación de Antioquia y a la Alcaldía de Medellín, por parte del gobierno nacional, nos demuestran que sí es posible. La infraestructura es la clave. Ya se ve muy cerca el punto de llegada, nuestra invitación es avanzar juntos hacia el objetivo.
Lina Vélez de Nicholls… presidenta Ejecutiva, Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia…El Tiempo..mayo 2025.