XLVIII

Debemos conservar la calma. No debemos dejarnos aterrorizar o dejar que los criminales crean que pueden seguir cometiendo los crímenes a su antojo. Solo el sereno valor de la ciudadanía podrá salvarnos. Paradójicamente, a costa de estos crímenes se ha creado una conciencia social unánime de repudio a estos hechos abominables.

No debemos perder la fe en que al final prevalecerá la justicia. Somos muchos más los ciudadanos de bien que los desalmados criminales. Es en estos momentos cuando hay que tener mayor valor y mayor decisión para descubrir en dónde están los asesinos. Sabemos que la justicia es lenta pero que ineluctablemente llegará. Seguimos confiando en la justicia colombiana y creemos en los jueces de la República.

Apoyemos a los jueces. Démosles medios para que sus investigaciones culminen, hasta descubrir a los autores materiales e intelectuales de estos tremendos delitos y no desconfiemos de la capacidad de regeneración de la sociedad colombiana.

Mientras haya libertad de expresión y decisión de justicia, habrá esperanza. Se equivocan los que creen que pueden acallar el clamor de paz y justicia del pueblo colombiano. Cada muerte injusta genera miles de voces de protesta. No habrá balas suficientes para matar a todos los que creemos en Colombia. Serenidad y valor es la consigna del momento.

Héctor Abad Gómez….Manual de Tolerancia

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