Una carta de amor

Seamos sinceros, los economistas casi nunca son buenos historiadores. Se quedan con los ejemplos que se acomodan a sus hipótesis y muy pocos pisan un archivo. Ahora, algunos suelen ser audaces con la historia y han empujado la frontera del conocimiento de la historia con hipótesis provocadoras, pero pocos aguantan una revisada a fondo. Por eso, un economista que, además, sea buen historiador y que encima, haya provocado saltos en la forma como se estudia el pasado planteando preguntas relevantes para el futuro, es casi un milagro. Y a esos milagros, hay que darles un Nobel.

Por eso esta columna, es sobre todas las cosas, una carta de amor a Claudia Goldin, recién galardonada con el Nobel de Economía.

Goldin ha tenido un impacto tan profundo en nuestro mundo, que muchas de las tesis fueron innovadoras cuando las planteó, hoy están en nuestro inconsciente colectivo. Puede que usted no la haya leído, pero seguramente ha compartido sus hallazgos en conversaciones o se ha topado con ellos en lecturas desprevenidas. Y si no la ha leído, tendría que decirle que no solo es maravillosa por ser una economista que es una buena historiadora, sino que se lee sabroso.

Goldin empezó su vida académica explorando el impacto de la esclavitud en las ciudades y transitó a finales de los 70 a preguntarse por el rol de las mujeres trabajadores en la Revolución Industrial en Estados Unidos, los cambios que trajo consigo la Segunda Guerra Mundial en la estructura de trabajo femenino planteando siempre la pregunta por escogencias de las mujeres en diferentes momentos. Como buena historiadora, ha sido una maestra de la periodización y muchas de las etapas que ha identificado en su estudio de la historia estadounidense, se han convertido en referentes para historias de las mujeres en otras partes del mundo. Por ejemplo, Goldin fue inspiración para el libro El camino hacia la igualdad de género en Colombia: todavía hay mucho por hacer de Iregui- Bohórquez, Melo- becerra, Ramírez- Giraldo y Tribín Uribe, editado por el Banco de la República.

Su trabajo ha sido también fundamental para la argumentación de causas que mejoren la calidad de vida de las mujeres. El poder de la píldora de 2002, en el que, escrito junto a Lawrence Katz, demostró que las pastillas anticonceptivas transformaron la realidad de las mujeres al reducir las costos de postergar la decisión de casarse o de apostarle a una carrera profesional. Este artículo ha sido crucial en la lucha de las mujeres en Estados Unidos para que los seguros de salud cubran los costos de los métodos anticonceptivos.

Enhorabuena esta economista, historiadora, escritora y feminista recibió el reconocimiento que se merece. Y mi aporte, es esta carta de amor a Claudia Goldin para enamorarlos a ustedes también de su trabajo.

Cristina Vélez Valencia…. Portafolio….octubre…2023

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