Los Campamentos de Fútbol Bancolombia, fútbol con valores

Lecciones de vida, entregaron 420 niños y jóvenes de la comunidad Embera Katio en dos días de fútbol.

Nada más feliz, que ver un niño feliz. Y el miércoles 15 de octubre, gracias a la invitación de La Fundación Bancolombia, tuvimos la alegría de ver 100 niños, niñas y jóvenes de la comunidad indígena Emberá Katío, gozarse como debe ser una jornada del Campamento de Fútbol Bancolombia.

Cuatro horas separan a Medellín de Dabeiba. “La Puerta de Urabá”, recordada por la violencia que la volvió tan caliente como su clima. Pero hoy, tan solo el sofocante calor es el azote de la población y visitantes 260 dicen que es su temperatura a la sombra, pero que a mí me parecieron 400

Ubicada en el barrio Víctor Cárdenas, se encuentra la cancha municipal de fútbol, Guillermo Madrid Higuita, pocos metros separan el barrio y la cancha de grama sintética del Río Sucio. Gradas llenas de familias de la comunidad Emberá Katio. Con sus vestidos tejidos de colores y collares, algunas mujeres amamantan a sus pequeños, mientras otras los miran o hablan por celular. Los hombres, solo observan como los instructores al otro lado de las gradas preparaban a los niños, niñas y adolescentes para lo que sería en inicio de una aventura llamada Campamentos de Fútbol Bancolombia. Una historia de fe, vida, democracia y mucha alegría nos esperaba en la mañana caliente de Dabeiba.

Según datos de la Gobernación de Antioquia, la comunidad indígena representa el 21% de la población y es el hogar de 11 comunidades. Muchas comunidades deben caminar  varios días, cruzar ríos o bajar en mula o a caballo para llegar  al pueblo, porque que sus resguardos quedan en la montaña, muy pocos viven cerca de la cabecera municipal.

Más de 400 fueron los chicos de la comunidad Embera Katio participaron de las dos jornadas que se programaron en la cuarta edición de esta iniciativa que busca brindar oportunidades de recreación y promover valores como: respeto, solidaridad y honestidad.

Aurelio Majore Domico, pertenece a la comunidad indígena Llano Gordo y vive en la vereda El Pital del resguardo Nakirizabi, es el motor de esta actividad que tienen a los niños, niñas y adolescentes en pleno goce, a pesar de sofocante calor del medio día y del piso sintético de la cancha que quema como carbón encendido.

Con una sonrisa, que llena la vida de este líder de escasos 1.55metros de estatura, pero gigante de amor por su comunidad, nos cuenta como logró que esos niños a los que les enseña lo mucho o lo poco que sabe de fútbol en un inmenso campo verde adecuado como cancha, donde con pocas herramientas (conos, aros y balones), se entrega al placer de enseñar, llegaron a la cancha del municipio para vivir un día de campamento.

“Hablé con don Iván. Le comenté que acá había 7.000 indígenas, de esos siete mil la mayoría son niños. Le dije, que si había la oportunidad de hacer este campamento nada más con los indígenas. Y sí”, dice Aurelio.

Mientras en la cancha, los chicos distribuidos en cuatro grupos se divierten con juegos a manera de calentamiento unos, otros ya juegan su partido, Aurelio dice, “algunos es la primera vez que pisaron la canchita. Porque esos niños, vienen de caminar dos días, tres días, dos horas, seis horas. Muchos niños se quedaron afuera. Imagínese me dieron 420, pero me resultaron 500, pero lastimosamente no hubo para todos”.

Los Campamentos de Fútbol cuentan con capacitaciones teóricas y prácticas, y espacios físicos y técnicos donde los niños aprenderán las dinámicas del deporte. Así mismo, durante las charlas se enfatiza en la solidaridad, la honestidad y el respeto como valores fundamentales dentro y fuera de la cancha. 

La jornada, contó con la participación de Macnelly Torres, quien desde hace dos años acompaña el proceso. Para los chicos, el exjugador de Nacional y la Selección Colombia parece ser uno más de los instructores. Calmado, pero con una sonrisa, mira como los niños y jóvenes entre los 6 y 16 años, se comen a punta de risas y golpes al balón un día de dicha, mientras dice: “Estamos impactando vida, formando formadores, valga la redundacia. Donde les brindamos una experiencia de capacitación, ya sea entrenadores de cualquier disciplina deportiva, líderes sociales. Y después la experiencia que le brindamos a los niños, niñas y adolescentes, que básicamente es transformar vidas a través de un balón, pero puede ser atletismo, natación la disciplina que le guste al chico.”

El calor, parece el motor que impulsa a los niños y niñas a continuar corriendo detrás del balón. Ellos no paran. No se ven los uniformes que lucen los chicos de ciudad o municipios. La camiseta amarilla, con el logo del banco y los valores del campamento en la espalda, que a la gran mayoría le queda grande es lo único que los uniforma. Pocos guayos se ven, botas pantaneras, chanclas, crocs, tenis. Sudaderas, short, pantalonetas, jeans, vestidos es el complemento, pero que poco o nada les interesa a los chicos, que jugando futbol se divierten mientras aprenden. Sus caras rojas como tomates gracias al goce que les corre por el cuerpo, y a la temperatura que amenaza con dejar como pollos fritos a todos, no da muestra cansancio, solo quieren jugar, jugar y jugar.

La jornada, finaliza, y los chicos reciben como premio a su jornada de goce, abrazos y juego, el balón con la firma de Macnelly. Y luego la foto para recordar que, llegar a comunidades indígenas, además, representa para el banco la esencia misma de su propósito: acercar el progreso a todos los territorios del país y reconocer la diversidad como una fuente de transformación.

De regreso al pueblo, nos encontramos con familias caminando en busca del transporte que los llevara a sus casas, o simplemente caminar y caminar hasta llegar a su vivienda.

En el parque, una niña, que minutos antes hizo parte del Campamento, intenta realizar una cesta con el balón de fútbol, mientras a su espalda un inmenso letrero con la palabra sueños, que nos recuerda, que siempre … siempre se hacen realidad, así sea por un día, un instante. La pequeña luego de varios intentos logró su sueño… su canasta soñada… y ¡anótenla!

Notas y Noticias

Somos Doris Gómez y Juan Fernando Alzate, periodistas de la ciudad de Medellín - Colombia. Directores del medio digital notasynoticiasenred.com

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