EPM advirtió que el consumo fraudulento de agua en el Valle de Aburrá y Rionegro durante el último año es equivalente al suministro completo de agua de un municipio como Bello en un año. Esto incluye el consumo en asentamientos informales y otras pérdidas técnicas.
Al cierre de agosto de 2024, el Índice de Pérdidas por Usuario Facturado (IPUF) fue de 6,89 m³/usuario/mes, con un total de 117 millones de metros cúbicos de agua perdidos, lo que representa el 35,18 % del volumen suministrado. Estas pérdidas incluyen fraudes y fugas de agua, lo que equivale a «llenar» 10 veces el embalse de La Fe en El Retiro.
Santiago Ochoa Posada, vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM, señaló que las conexiones ilegales afectan el servicio, la infraestructura y la sostenibilidad hídrica a largo plazo. «El consumo fraudulento no solo tiene un impacto económico, también afecta la calidad del servicio y pone en riesgo la seguridad hídrica del territorio», indicó Ochoa.
Las pérdidas de agua afectan la eficiencia de EPM, elevan los costos de operación y requieren mayores inversiones en infraestructura, lo que puede influir en el aumento de tarifas. Además, el mayor impacto es la presión sobre las fuentes hídricas, ya que se requiere captar más agua para compensar las pérdidas.
«El llamado es a entender que aquí vamos todos en el mismo sistema y que la suerte del sistema es la suerte de todos en la prestación del servicio, venimos haciendo esfuerzos muy grandes para garantizar que la ciudad y todo el territorio tenga agua suficiente por lo menos los próximos 50 años y que sino prestamos atención a estas acciones que podrían parecer pequeñas pero son la forma en la que un sistema se empieza a deteriorar y por el eso el llamado a que todos empecemos a cuidarlo», manifestó Santiago Ochoa Posada, vicepresidente de Agua y Saneamiento de EPM.
Para reducir estas pérdidas, EPM ha intensificado la búsqueda de fugas y daños, la reposición de redes y la actualización tecnológica de medidores. También se están reforzando los controles sobre fraudes y la gestión de asentamientos informales. En estos sectores, 40.000 viviendas consumen agua de forma ilegal, generando pérdidas de 14 millones de metros cúbicos anuales.
EPM reitera la importancia de un uso legal y responsable del agua para garantizar la sostenibilidad del sistema y la seguridad hídrica en el Valle de Aburrá y Rionegro.