El Edén se encuentra en Cocorná

Ubicada en el kilometro 92 de la llamada autopista Medellín- Bogotá se encuentra la Reserva Natural El Edén

Donde antes existió una cancha de futbol, de baloncesto, ahora renace el verde .. verde, donde los niños jugaban, ahora la naturaleza enreda vida, el campin, lo habitan animales desplazados El verde..verde de la maravillosa naturaleza de nuevo habita su casa natural. La quebrada La Paloma, retomo su cauce natural, ahora corre libremente, siguiendo su curso, igual ocurre con el bello y caudaloso río Caldera. La flora y la fauna de nuevo reinan en este paraíso llamado El Edén.

Por más de 20 años, la hoy Reserva Natural, se convirtió en el lugar de recreación de los afilados y sus familias. Pero, Su razón de ser perdió interés, y con el tiempo los problemas ambientales y las inversiones que se realizaban buscando frenar las acciones normales de la naturaleza, y el río, que buscaban recuperar su espacio, su cauce, hacían inviable su sostenimiento. Por ejemplo, en temporada de lluvias, el río y la quebrada la Paloma, que fue desviada de su cauce para formar la llamada piscina de chorros, literalmente “volaba” sobre el Parque inundando el restaurante, las cabañas, el quiosco. Se buscaron alternativas, como la construcción inútil de muros de contención, llevaron a la Cooperativa a mirar como devolverle al medio su sistema ecológico. La colonización fue inútil y dañina.

El camino de la recuperación

Y aparece la solidaridad, ese acto que rige los principios del cooperativismo, como la senda para transformar el centro recreativo El Paraíso en la Reserva Natural El Edén. La crisis ambiental, fue la gran oportunidad que encontró Confiar para dar el paso, y comprometerse con el desarrollo sostenible.

Río Calderas, foto Doris Gómez B

Ubicada en Cocorná, en la reserva, se reinicia el camino a la recuperación del espacio que alguna vez fue pura vegetación. En 2017 el Consejo Administrativo toma la decisión de transformar y adecuar el espacio para que la naturaleza se regenere, implementado procesos de restauración y formación ambiental con las comunidades vecinas al territorio.

Doña Marta Lucía Marulanda, vive en la vereda La Beta. Desde el 2018, ella hace parte de ese grupo de habitantes que se capacita, y cuida la Reserva. “Ha nosotros nos ha parecido muy importante, porque se fortalece la naturaleza que es la que nosotros debemos de cuidar. Y ya ahorita, no tenemos los turistas que teníamos antes, que era la gente que venía aquí a recrearse, sino que, ya tenemos los turistas que son los animalitos que vienen a visitarnos. Los pajaritos que vienen a cantar. Y todo es muy bueno, porque la naturaleza es muy linda y hay que cuidarla”.

Inicialmente eran 12 las hectáreas ubicadas en el Km 92, que dividió la llamada Autopista Medellín- Bogotá, posteriormente se amplió a 43 hectáreas; con lo que se buscó la integralidad del bosque húmedo tropical para proteger su tierra, fauna, flora y fuentes hídricas. La transformación de parque recreativo permitió liberar la quebrada subterránea, el río Calderas recupero su espacio natural, y las zonas verdes se regeneraron de manera natural.

En 2020 El Edén fue declarado reserva natural de la Sociedad Civil por Parque Nacionales. Hoy en la zona se encuentran aproximadamente 168 especies de fauna y más de 80 de flora. “Con el paso del tiempo fueron surgiendo distintas experiencias que nos mostraron que era necesario transformar esa lógica del uso del espacio. Por un lado, el paso del tiempo llevo a que la infraestructura turística se agotara, además de los distintos problemas ambientales que empezamos a ver aquí. Y consideramos que el mejor camino, para mantener la apropiación del espacio. Pero para reivindicar su uso, y estar a tono con las necesidades de la época, ya no solo con la base social de la Cooperativa, sino para toda la comunidad del territorio, era dar ese paso a ser Reserva Natural”, cuenta Alejandro López Carmona, director de la Fundación Confiar

Al recorrer La Reserva, se observan brotes de especies pioneras claves en procesos de sucesión y regeneración, como el carbonero, yarumo. Recuperar y proteger el bosque húmedo ha sido determinante en la conservación del hábitat de reptiles, mamíferos, anfibios y aves.

El tratamiento

La raíz del problema la explicó Héctor Manuel Lugo, coordinador de la Corporación Penca Sábila, “desde la Corporación, por invitación de la Cooperativa y la Fundación Confiar, nos dimos cuenta que era inútil seguir insistiendo en una parmente atención a lo que podría ser el manejo del espacio para el turismo. Entonces, el río y la quebrada la Paloma, que fue desviada por los anteriores propietarios a la Cooperativa, la hicieron en línea recta para hacer una piscina artificial, de chorros, desviando el cauce. En épocas de lluvia, el río podía llegar hasta muy adentro del espacio destinado al restaurante, las cabañas, el quiosco, y piscina clorada”. Y del desastre ambiental creado por la intervención artificial del terreno, se pasó al mal llamado “desastre natural”, que no era otra cosa, que el río, la quebrada y la naturaleza buscando recuperar su territorio. En Confiar Cooperativa, su Fundación, en alianza con la Corporación Penca Sábila entienden el mensaje, y acorde con los compromisos que el sector tiene con el medio ambiente, el desarrollo sostenible y crisis climática, se dedican a recuperar la vegetación y a permitir que la naturaleza hiciera lo propio… regresara a su territorio.

Como cualquier cuerpo que ha sido sometido a “cirugías” que supuestamente le darían un aire que le acercaran a vida citadina, La Reserva, actualmente se encuentra en ese proceso de recuperación, restauración y manejo adecuado del territorio. La clave: 1-trabajo con las comunidades de la zona. 2- la utilización de tecnología y 3- alianzas con la Corporación Penca Sábila.

i- Bioingeniería, (técnica que incluye pasto, árboles y otro tipo de vegetación, para proteger laderas, terraplenes, relacionados con la erosión, derrumbes, taludes) fue la solución para intervenir tres taludes que atraviesan la reserva, en el talud más alto, de 60 mts de altura (imagínese un edificio de 15 pisos), se necesitaron más de 1000 llantas recicladas, material vegetal y arena.

ii-Tecnologías apropiadas, se inicia el proceso de restauración de las fuentes hídricas, con tratamientos adecuados, como el baño seco y biojardineras, que permiten la separación en la fuente y uso eficiente para evitar la contaminación

iii- Con la comunidad académica, los campesinos de la región y ambientalistas se avanza en los procesos de capacitación, restauración y conservación de la biodiversidad, e implementación de prácticas sostenibles, como el Vivero Escuela.

“Crecí en un río. Me iba desde las ocho de la mañana pa´l río, hasta las cinco de la tarde. Estaba todo el día comiendo guamas, naranjas, guayabas, mandarinas. Y siempre he tenido esa conexión tan fuerte con el agua, y esas ganas de defenderla. Porque los ríos se ven muy bonitos cuando fluyen libremente” …Jhonatan Estiven Jaramillo Vásquez, habitante de la vereda San José, integrante del colectivo ambiental de Cocorná.

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