
La seguridad social en Colombia es un sistema diseñado para proteger a los trabajadores y a sus familias frente a situaciones que puedan afectar su estabilidad, como enfermedades, accidentes, invalidez, desempleo, vejez o fallecimiento. Su estructura se basa en cuatro componentes principales: salud, pensiones, riesgos laborales y cajas de compensación familiar, los cuales, en conjunto, buscan garantizar derechos y oportunidades para todos.
Esta red de protección es fundamental para reducir la vulnerabilidad social y asegurar una vida digna. Los trabajadores afiliados pueden acceder a servicios médicos, cobertura en caso de incapacidad, pensiones de jubilación o sobrevivencia y programas de bienestar como subsidios, educación, turismo, recreación y cultura.
El sistema se financia a través de aportes compartidos. Los empleados dependientes cotizan un porcentaje de su salario, complementado por sus empleadores; los trabajadores independientes lo hacen directamente sobre sus ingresos, y los empleadores deben garantizar la afiliación de todos sus colaboradores. Este esquema solidario asegura que los beneficios lleguen a millones de colombianos.
Dentro de este modelo, las cajas de compensación familiar cumplen un rol esencial. En el caso de Comfama, los afiliados acceden a programas que van más allá de lo básico: subsidios monetarios y de vivienda, créditos sociales, formación académica, programas culturales, deportivos y recreativos. Estas iniciativas fortalecen el bienestar colectivo y amplían el alcance del sistema de seguridad social.
Comfama también enfatiza que la seguridad social debe entenderse como una herramienta que acompaña a las personas en todas las etapas de su vida. Desde la infancia hasta la vejez, los beneficios están pensados para ofrecer tranquilidad, estabilidad y oportunidades de crecimiento.