El ruido ambiental se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos y un problema de salud pública en las grandes urbes. En el Valle de Aburrá, actividades como el transporte, la industria y el ocio son las principales fuentes de este contaminante atmosférico.
David Berrío, ingeniero de sonido del Proyecto SIATA, explica: «El ruido ambiental es un sonido molesto o no deseado generado por actividades humanas, que puede afectar la salud y el bienestar de las personas. Se distingue del ruido de convivencia por su continuidad en el tiempo y su potencial de afectar a grandes grupos de personas».
Las principales fuentes de ruido en el Valle de Aburrá incluyen el tráfico vehicular, el metro, los aviones, la actividad industrial y los lugares de ocio.
El SIATA, un proyecto estratégico del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, monitorea el ruido a través de una red oficial de 8 sonómetros ubicados en Medellín, Bello, Itagüí, Girardota y Sabaneta. Además, casi 300 sensores de bajo costo, parte de la estrategia Ciudadanos Científicos, complementan los datos obtenidos.
La información recopilada por el SIATA es fundamental para que las autoridades desarrollen estrategias de descontaminación acústica, con el objetivo de garantizar el bienestar y la salud de la población.
El Área Metropolitana controla el ruido asociado a permisos o licencias otorgadas por la entidad, como en el caso de calderas o minería. Por otro lado, el ruido relacionado con la convivencia en lugares como bares, discotecas e iglesias es controlado por las Secretarías de Gobierno, Seguridad y Salud, junto con la Policía Nacional.
Algunos datos clave:
- Los municipios más ruidosos son los más conurbados, debido al aumento de la población y del parque automotor.
- Barbosa es el municipio menos ruidoso del Valle de Aburrá.
- El 17% de los barrios del territorio metropolitano requiere una gestión muy alta para reducir los niveles de ruido, y el 15% necesita una gestión alta. El 22% de los barrios tienen condiciones acústicas óptimas.
- Conducir sin acelerar ni frenar bruscamente, y controlar el uso de la bocina, son recomendaciones para reducir el ruido ambiental.
El primer paso para disminuir la contaminación por ruido es ser conscientes del impacto que genera cada uno de nosotros.