Hay una educación que no se estudia, sino que es un aprendizaje de casa. Por eso hay gente muy educada sin educación y gente educada, sin estudios. Puedes diferenciarlos en el día a día, a cualquier hora y en cualquier lugar te dan una lección. Los encuentras rápidamente cuando mantienen los modales entre tanta multitud con prisa. Pueden darte los buenos días aunque no sepan tu nombre. Empatizan contigo y guardan una sonrisa para regalarte si la situación lo requiere. Son amables incluso con quienes no lo son. Quizá no tengan formación académica, pero sí la sabiduría suficiente para saber que detrás de los estúpidos, por muy inteligentes que sean, late un drama que quizás no merecieron.
Juan Antonio Pavón Carreño… Sevilla.. El País (España) Cartas a la directora… marzo (2024)