El incremento busca recuperar el poder adquisitivo del salario en el país
El Presidente de la República, Gustavo Petro, desde el aeropuerto Catan, acompañado por la ministra de Trabajo, empresarios y representantes de los trabajadores, oficializó la concertación que se logró y anuncio que el salario mínimo para el 2023 será de $1’160.000 ($209 dólares aproximadamente) y el auxilio de transporte de $140.000. “Espero que este incremento del salario mínimo recupere el poder de compra que se ha perdido en los últimos meses, en virtud de la inflación; recupere el incremento de la productividad promedio de la economía y nos permita, además, hacer saltar la demanda interna en Colombia en sus sectores más vulnerables”, expreso, el Presidente de Colombia.
Para doña Marta molina, empleada de servicio doméstica, el aumento del salario mínimo para el próximo año, anunciado por el presidente Gustavo Petro, es eso mínimo, “mire, el año pasado, lo elevaron a un millón de pesos, qué felicidad tan chiquita. En enero, ya mercar, fue pura mentira. Todo por las nubes. Ni mercar, ni cuadernos, nada distinto a lo mismo”.
Son cerca de 3’430.000 (1’344.000 son mujeres y 2’086.000 son hombres) de trabajadores formales del país, que desde el primero de enero recibirán el alza del 16%, y del 20 % para el subsidio al transporte. Pareciera una solución y un poco de justicia con los hombres y mujeres que madrugan a ponerle el hombro a la actividad laboral y que mueven las industrias del mismo. “Por primera vez en la historia nos hemos centrado en la protección del poder adquisitivo del salario” y explicó la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez Mejía quien agrego, “hemos tomado como base lo que es la inflación de los pobres, porque es allí donde más ha habido impacto”.
Y si nos vamos a la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es la cuantía mínima de remuneración que un empleador esta obligado a pagar a sus asalariados por el trabajo que ellos realizan durante un periodo determinado, cuantía que no se puede rebajar ni en virtud de un convenio colectivo ni de un acuerdo individual. En Colombia, donde la inflación y las infames alzas de enero, se tragan el mínimo, y la canasta familiar, transporte, salud, artículos para el hogar, recreación entre otros, se convierten en artículos de lujo, en el objeto de deseo de personas como la Marta, la definición del mínimo es….eso una cuantía mínima ..mejor reminima
Por el momento, el histórico mínimo que, desde el primero de enero del próximo año, deja un sabor agridulce en la comunidad, para Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, es un paso de elemental justicia con los trabajadores, “la cifra acordada refleja la gran preocupación que se mantuvo en la mesa de concertación por recuperar el poder adquisitivo del salario de los trabajadores”.
Aparentemente, soplan vientos de cambio, para quienes construyen este país, para quienes jalonan con sus manos la economía. Pero los huracanes, siguen azotando a los informales y desempleados, que por montones recorren las calles del país buscando como lograr el pan de cada día. Y es un exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien, desde su cuenta de Twitter confirma esta dura realidad, “Esta es una buena noticia para 3 millones de trabajadores, pero es mala para los desempleados e informales, que ven alejarse la posibilidad de conseguir un trabajo formal”.
Finalmente, el presidente manifestó que “espero que este incremento del salario mínimo recupere el poder de compra que se ha perdido en los últimos meses, en virtud de la inflación; recupere el incremento de la productividad promedio de la economía y nos permita, además, hacer saltar la demanda interna en Colombia en sus sectores más vulnerables, de tal manera, que no solo podamos corregir una situación de crecimiento del hambre, indudablemente, sino también que se convierta en motor del crecimiento económico”.