
Los dibujos registran paisajes, construcciones, edificios y vida urbana de 310 ciudades en 45 países, elaborados entre 1949 y 2017. Es la primera vez que una colección de bienes muebles de valor artístico y documental recibe esta distinción en la ciudad.
La Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte anunció la declaratoria como Bien de Interés Cultural de los más de 5.600 dibujos realizados por el maestro Germán Samper Gnecco, uno de los arquitectos más influyentes en la historia urbana y arquitectónica del país.
Esta declaratoria se convierte en un hito para la ciudad, al ser la primera vez que se reconoce una colección de bienes muebles como patrimonio cultural de carácter artístico y documental.
Elaborados entre 1949 y 2017, sus trabajos constituyen una bitácora gráfica excepcional que recoge la visión de Samper sobre la arquitectura, el urbanismo, el espacio público y los paisajes de más de 310 ciudades en 45 países del mundo. Esta colección evidencia su maestría como dibujante y representa un testimonio de su pensamiento arquitectónico, artístico y humanista. La declaratoria destaca su valor estético, simbólico, documental e histórico.
“En la Secretaría de Cultura reconocemos a los arquitectos como creadores, como planeadores y como soñadores de ciudad. Y allí Germán Samper, sin lugar a dudas, es una inspiración no solamente para Bogotá, sino para todo el país”, afirmó el secretario de Cultura, Recreación y Deporte, Santiago Trujillo Escobar, durante la firma de la declaratoria.
Los dibujos han sido conservados, catalogados y digitalizados por su familia, y se proyecta su custodia futura en la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, también diseñada por el arquitecto bogotano. Con este archivo y disponibilidad para consulta pública se garantiza su acceso y preservación como parte del patrimonio cultural de la ciudad.
El reconocimiento de esta colección como patrimonio cultural de la ciudad permite visibilizar la importancia del dibujo como herramienta para el pensamiento arquitectónico, la educación y la memoria urbana. Esta declaratoria contribuye además a consolidar una noción más amplia e incluyente del patrimonio, que valora tanto las obras construidas como los procesos creativos que las inspiran y documentan.
“Esas arquitecturas imaginadas son realidad en la ciudad, para nosotros siempre son un legado que tenemos que cuidar. Ante una obra tan inmensa como la del maestro Germán Samper, lo que decimos es gracias. Y reconocer su obra como bien de interés cultural es finalmente una suerte de gratitud colectiva que una sociedad tiene para el legado de un gran hombre, y Germán Samper fue un gran hombre. Entonces, en nombre de la ciudad, muchas gracias, y todo el reconocimiento para él”, manifestó el secretario Trujillo.
Un legado arquitectónico con sello bogotano
Germán Samper Gnecco nació en Bogotá en 1924. Fue arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, discípulo y colaborador de Le Corbusier, y desarrolló una prolífica carrera profesional, académica y cultural. Fue reconocido como uno de los más destacados representantes de la arquitectura moderna en América Latina. Su visión humanista, su compromiso con el espacio público y su legado como educador dejaron una huella imborrable en varias generaciones de arquitectos y urbanistas.
Samper Gnecco fue un defensor del aprendizaje continuo y del uso del dibujo como forma de conocimiento. En sus cuadernos capturó edificios y paisajes, escenas cotidianas y reflexiones personales, lo que convierte esta colección en un documento vivo y plural sobre el siglo XX y las transformaciones del entorno urbano.
Entre sus obras más representativas en otras regiones del país se destacan el Centro de Convenciones de Cartagena, una obra icónica frente al mar, que integra la arquitectura moderna con el entorno histórico de la ciudad, y la Torre Coltejer en Medellín, uno de los edificios más altos y emblemáticos de Colombia, símbolo del desarrollo urbano y económico del país en el siglo XX. Estas obras constatan su capacidad para interpretar el contexto urbano y cultural de cada lugar y proyectar soluciones arquitectónicas que dialogan con su entorno.
Samper fue un incansable viajero y observador del mundo. A lo largo de su vida registró paisajes urbanos, estructuras y experiencias a través de dibujos que reflejan tanto su sensibilidad artística como su mirada crítica y reflexiva sobre el entorno construido. Esta colección de más de cinco mil dibujos, declarados hoy como Bien de Interés Cultural, sintetiza ese espíritu de observación, aprendizaje y creación que caracterizó su obra.
“Declarar esta colección de más de 5600 dibujos como bien de interés cultural es muy relevante, porque refuerza la idea de la importancia del dibujo como parte esencial del oficio del arquitecto. El haber conservado la colección de manera tan meticulosa y rigurosa durante años nos permite acercar al público un archivo que permite el estudio de la arquitectura y las ciudades a través del pensamiento y la sensibilidad de mi padre”, indicó Catalina Samper Martínez, hija del arquitecto bogotano.
Con esta declaratoria, Bogotá reafirma su compromiso con la protección y difusión del legado de quienes han enriquecido con su mirada, talento y sensibilidad la construcción de ciudad, memoria y patrimonio.